He recibido un relato de un amigo desconocido que dice así:
Nunca he podido olvidar a quien he amado. Será debilidad de carácter por creerme poeta, por una herencia de mi ADN o una simple curiosidad médica. Cuando pienso en ello, desearía haberlas odiado, deseado lo peor y que hubieran vuelto destrozadas a mis brazos, pero me es imposible hacerlo, según se van alejando de mí (siempre se van ellas de mi lado) su distancia hacía cada vez más profunda la huella. Recuerdo los instantes, las palabras, las miradas, todo lo que la piel nos regalo en esos momentos de ternura con una nitidez casi corpórea. Seguro que ellas nunca más pensaron en mí, me tienen casi olvidado en el olvido de su juventud, mientras yo acumulo un sinfín de anécdotas que podría contarles a sus hijos.
Fotografía aquí
14 comentarios:
A tu amigo le pasa como a mi... Tampoco puedo olvidar.
fernando, este es mi correo:
tantaloyatreo@hotmail.com
Nacho escuin
¿Seguro que no se trata del tópico literario del manuscrito encontrado? jajajaja El tono y el título me recuerdan a Zweig.
Dile a tu amigo que su reflexión me ha gustado mucho.
Un abrazo.
No olvidamos nunca a quien hemos amado. En los recodos de la memoria van quedando imágenes, olores, sonidos, sabores...
El viento de la vida puede mezclarlos, arrinconarlos, como hojas secas amontonarlos en un rincón.
Cualquier ráfaga imprevista de dulzura, cualquier palabra musitada, susurrada, cualquier aroma exhalado, cualquier sabor en nuestros tragos nos transportará rápidamente allá, donde nadie barrió hace años.
Esto que escribí hace tiempo,
ha venido a mi memora con tu post.
Un beso,
ana.
Yo olvido.
Será que no soy poeta, o una tendencia al olvido escrita en mi ADN, pero olvido cuando dejo de querer.
Y desde entonces me son ajenos.
Los recuerdo en dulce pero sin intensos, extrañada de que ellos tambien hayan sido mis otras vidas.
B x C
El olvido de los demás es quizá nuestra propia derrota. Hay fantasmas que rondan nuestras cabezas y lo que ya no hicimos se queda en un "ojalá", en algo que simplemente no existe.
Qué suerte encontrarte esos mensajes dentro de anónima botellas!
Un saludo!
A mí me parece lógico no olvidar a quienes de verdad hemos amado. Es lo mejor que se puede hacer.
Y a mí tampoco me gustaría que me olvidaran.
Besos nada olvidadizos, Fernando.
Y suerte de encontrar mensajes así. Desde luego, para no olvidar.
Si alguien asegura olvidar a quién amara, no amó realmente.
Un gran relato.
Me pasa como a "tu amigo", aunque en distinta forma. No olvido, permanece en mi recuerdo, pero por alguna extraña razón sólo los buenos recuerdos acuden a mi memoria.
Un abrazo
NO se trata de ninguna enfermedad enimagtica, ni siquiera de una deformación congénita...suele ocurrir, máxime si ademas de no olvidar ni siquiera lo intentamos...y nos empeñamos en alimentar todo aquello recordando...y simplemente revivimos en la memoria sólo lo que recordamos.
La historia es aquello que la memoria recuerda.
Olimpia.
Si se ha amado no se olvida solo se deja de amar, los recuerdos están ahí aunque no se hable de ellos.
abrazos
No se suelen olvidar las amistades ni los amores ni otras muchas coss aparentemente más anodinas.
Lo que pasa es que solemos cubrir los recuerdos con distracciones.
Por eso cuando una nueva distracción se lleva la antigua a veces se quedan un instante al descubierto ciertos recuerdos.
Y a veces nos traen también una cierta nostalgia.
Un abrazo
Zweig, sí señor. Y Max Ophüls y Joan Fontaine...
Y yo.
Abrazos
Tu desconocido amigo es un gran poeta. Seguro, Fernando.
Muchos besos.
Publicar un comentario