El sabor de tu boca
no me sirve para vencer la nostalgia de las calles,
el rumor encadenado del tiempo,
que igual que me arrastra a un silencio de muerte
me trae los tranvías de mi infancia
y el sonido de las voces
que circundan los cafés de mi vida.
Nada me deja el sabor de tu boca,
acaso la humedad del deseo,
el inequívoco recuerdo de tu piel,
el olor de tu pelo
y ese sarmiento encendido entre los muslos
que deshace mis noches.
Pero no me abandono en ti,
ni en el naufragio diario del amanecer,
me revuelvo en este fecundo llanto de palabras,
aquí donde los pronombres personales me conocen
y los presentes de subjuntivo saben que todo tiene fin.
Me lamento entre semáforos, coches, pubs,
mujeres de iluminadas miradas
y hombres con las sombras de Magritte.
Para entregarme debo respirar en los márgenes del río,
cruzar los puentes entre ambos
y esperar cada día con la lumbre de una caricia
el aliento más salvaje que nos pueda traer
el oscuro viento del atardecer.
Fotografía
aquí
7 comentarios:
El paso del tiempo y los recuerdos dejan, muy amenudo,el poso amargo de la nostalgia,Fernando. Pero no hay que abandonarse, por nada ni por nadie, y como bien dice tu poema: "esperar cada día con la lumbre de una caricia" es lo mejor que podemos hacer para seguir adelante.
Hermoso poema.
Muchos besikos, Fernando.
Algo tiene la nostalgia de las calles y de los tranvías infantiles que no se borra ni siquiera con ciertos deseos satisfechos.
Abrazos
Voy de viaje, de aquí para allá, pero paro un tato y te leo.
Precioso, Fernando, muy bonito.
Besos de domingo
Precioso, tus poemas son una recopilación de escenas.
La foto es casi de arquelogía zaragozana...
Abrazos
Nada como una boca en el deseo como para traer el recuerdo de haberla probado. Claro que para ello se ha de conocer todas las formas verbales y no verbales....de los labios.
Una caricia y esperar el aliento salvaje? pssss
Quieres decir paciente esperar lo inesperado?
Olimpia.
...respirar en los márgenes del río...
un abrazo
después de todo el amor y el deseo es eterno en unos u otros cuerpos...la ciudad es un ambito teatral perfecto para desembarazarse de tantas cosas que no nos hacen ser libres...pero sí la caricia y el sabor salvaje puede traer un poco de felicidad...
f.
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