Baldía tarde de finales de diciembre.
Casi he reconstruido un puñado de soledades,
en sus ropas de abrigo caben los colores de la tierra,
son dignas de andar por los museos
y besarse en los bares que enciende la noche.
Ardientes me visitan como a un familiar lejano
y se me llevan de copas y arrabales
como en los tiempos desolados del viejo Freedom.
Es un nuevo estudio donde cabemos todos,
ellas como flores del mal,
yo como pagano de todos sus vicios.
Fotografía de
J.A.Melendo
7 comentarios:
Tus versos son un antídoto contra el hastío.
... X
Un gran poema Fernando. Las soledades como las malas hierbas crecen por doquier cada cual que se deshaga de ellas como pueda. Aunque las conozco desde hace tanto tiempo, que son casi amigas mias... y es tan difícil hacer amigos nuevos. Muchos besos Fernando.
Fernando, es un bellísimo poema, pero hijo,el Adagio de Marcello me pone tristona.
Besicos
Me gusta tu música de fondo, me gusta como escribes, e intuyo que de conocerte también me gustarías.
Muchos besos Fernadico, feliz año para ti y Luisa
Gracias por haberme visitado, porque así he podido conocerte y deleitarme con tu poesia, tu música y tus imágenes.
Un abrazo
abrazos buen año...gracias otra mirada por venir aquí.
f.
Lástima que lo único que tengas que recopilar y escrutar de 2007, sean tus soledades.
Lo siento....pero no me gusta mucho la emoción que desprende, las palabras? acertadas..
..ya veo que todas te "caben"
Olimpia.
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