Sobre mis recuerdos
yo también recorrí las calles de París
y sentí el escalofrío tentador de sus mujeres,
aquellas que alimentaban con su luz las esquinas
cercanas en su deambular por el Pigalle.
En sus bocas se urdían los sabores misteriosos
y, envueltas en el humo de cigarrillos,
se ofrecían como aromáticas flores a nuestros deseos.
Sus cuerpos desnudos quedarían en la mente
como el único vinculo que nos guardase la piel,
y en aquellas habitaciones del hotel Violette,
adornadas de musgo y en sus entristecidas camas,
encontramos lo recóndito e inesperado.
En la Rue de Poissonnières mi juventud
empezó a dibujar un sueño:
De todas las ciudades que amase,
París siempre sería única.
UN CEMENTERIO...
Hace 15 horas
6 comentarios:
Me han entrado unas ganas tremendas de ir a París. De comerme una bagette y de tomarme un café en una terraza. Ay, que bonito.
Kisses
A mi me gustaría en según que momentos hacerlo con todos mis amigos viejos y los nuevos, sentarnos en las escaleras del Sacre Coeur o montarnos en un bateau,...otras andaría solo por las puentes del Sena..besos.
París, recorrí sus calles en otras circunstancia ya como madre con mi familia, hijos pequeños, fué en invierno y a pesar del frío seco, trepanante, fúe acogedora, colorida, seductora, una ciudad para no olvidar, para regresar y degustar, para catar...
saludos
B
Pues sí querida son otras circunstancias..;);)..besos...París siempre queda a una cuadra del corazón.
Bonito paseo, Fernando, por mi ciudad favorita. Aunque veo que tus recuerdos deambulas por barrios distintos a los míos.
Un abrazo y gracias por el paseo.
Hermoso poema...
muy bueno, de verdad...
espero que sigas escribiendo, lo hacés muy bien!...
me voy sin antes decir que pases por mi blog, y lo firmes, a ver que te parece...
cuarto-menguante.blogspot.com
Abrazo
Gastón Martorelli, desde Buenos Aires, Argentina
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