BONJOUR, TRISTESSE... II
Hace 1 día
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
Sílaba a sílaba te desnudo,
golpea tu corazón un océano rebelde.
Me dejo caer entre tus pechos.
Lamo del pecado la estructura perfecta de tu cuerpo,
la senda precisa de mi llegada deja lumbre, brasas,
buscando el ardiente calvario de tu vientre.
F
Vino un ángel.
Todavía las mieses se resistían en el amanecer.
Los pájaros se hicieron dueños del viento.
Alúmbrame en esta hora de fuego,
el ansia tiene un nombre,
el color azulado de lo lejano,
la palabra húmeda que deja el reposo.
La vida diminuta seguía en los invertebrados,
él, desde lo alto,
siguió el juego pretérito de los planetas
y en el puente dejó una huella,
la sombra de su vuelo entre los arcos.