Me importa el movimiento constante de los planetas,
el ir y venir de las mareas,
la luna nueva buscando en la sombra
la otra cara de si misma,
las razones de la lluvia para ser palabra en el silencio,
el vuelo rasante de los pájaros
hilvanando en el aire una sinfonía con sus alas,
el azul impoluto de un cielo sin rastro alguno de nubes,
el valor de un río rememorando en sus márgenes
la lentitud cíclica de los estiajes del verano,
el tren nocturno que concita un pensamiento de lejanía
al hombre que se vacía en el insomnio,
los amantes callados de la noche
que frente a frente desgranan su deseo
al calor de las yemas de sus dedos
o en el pequeño goce de un beso,
el amanecer, dispuesto a combatir toda locura
dando su peso especifico a cada lugar,
la distancia existente entre dos cuerpos
que vuelven con el alba a ser ellos,
las sinrazones de un día de viento,
el cierzo moviendo las copas de los árboles,
el callado estar de los seres invertebrados esperando el atardecer,
la calidez de una siesta en una tarde de verano
cuando nos espía al contraluz todas las verdades
y se rehacen a golpe de sombra todas las mentiras,
este crepúsculo, como cualquier otro,
en que se anida Venecia a mi memoria
o se recompone el Sacre Coeur de París
mirándolo desde una torre de Notre Dame
rodeado de gárgolas monstruosas…
cuando silente soy un hombre tranquilo que sueña.
el ir y venir de las mareas,
la luna nueva buscando en la sombra
la otra cara de si misma,
las razones de la lluvia para ser palabra en el silencio,
el vuelo rasante de los pájaros
hilvanando en el aire una sinfonía con sus alas,
el azul impoluto de un cielo sin rastro alguno de nubes,
el valor de un río rememorando en sus márgenes
la lentitud cíclica de los estiajes del verano,
el tren nocturno que concita un pensamiento de lejanía
al hombre que se vacía en el insomnio,
los amantes callados de la noche
que frente a frente desgranan su deseo
al calor de las yemas de sus dedos
o en el pequeño goce de un beso,
el amanecer, dispuesto a combatir toda locura
dando su peso especifico a cada lugar,
la distancia existente entre dos cuerpos
que vuelven con el alba a ser ellos,
las sinrazones de un día de viento,
el cierzo moviendo las copas de los árboles,
el callado estar de los seres invertebrados esperando el atardecer,
la calidez de una siesta en una tarde de verano
cuando nos espía al contraluz todas las verdades
y se rehacen a golpe de sombra todas las mentiras,
este crepúsculo, como cualquier otro,
en que se anida Venecia a mi memoria
o se recompone el Sacre Coeur de París
mirándolo desde una torre de Notre Dame
rodeado de gárgolas monstruosas…
cuando silente soy un hombre tranquilo que sueña.
F
2 comentarios:
Claro. Todo interesa: lo que se ve y los recuerdos, lo habitual y lo excepcional.
La vida viene a ser eso cuando es intensa y se vive.
Abrazos.
Todo eso me importa y...
...New York dibujada con luces a nuestros pies y nosotros intercambiándonos unos anillos de 10 euros con un reglón de amor: Barna 89- NY 2009
¿Que sería de nosotros sin el amor, el recuerdo, las emociones, los sueños...El placer y también la melancolía y el desamor...y hasta de vez en cuando un golpe de realidad:
"...cuando nos espía al contraluz todas las verdades
y se rehacen a golpe de sombra todas las mentiras...
Las mentiras que nos contamos para ser felices.
Un abrazo, Fernando.
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