"Yo sí se cómo:
como sea.
Salimos del aplomo
mental de la media
jugando con cromos
que ya ni se emplean"
-Tote King-
Hay cosas de las que me doy cuenta,
pienso por ejemplo en esos chavales;
no sé si saben que hacen lo mismo
que los esquimales:
se ponen en el centro y sueltan su canto
e insultando al otro
tratan de apuntarse un tanto,
esperando
la adscripción del público
que les está escuchando,
incondicional,
irracional,
fascinados por su habilidad verbal
y su velocidad punta
de miles de palabras por segundo,
que si les pillan pierden del carnet
todos los puntos
y en esa lucha
la verdad no importa,
porque se oyen, pero no se escuchan.
Y es una pena porque hacen ruido
que es el reverso tenebroso del sonido
armonioso
de las palabras,
cuando además de hermosas
esconden un germen de verdad en lo que hablan.
No te equivoques, no estoy juzgando,
por ahora sólo estamos observando
cuál es el clima que nos rodea
y me parece que la cosa pinta fea
pa' trasmitir verdades,
para contar ideas
que sirvan para transformar realidades,
para abrir ventanas al abismo
que nos acerquen al misterio insondable
de nosotros mismos.
Así que para, espera,
échame el freno.
¿Qué pasa? ¿Qué estás herido?
¿Qué estás perdido?
Bueno.
A me me pasa igual, tú,
así que... ¿por qué no cambiamos de actitud?
A ver, te cuento,
parece que la cosa esté jodida;
he estado mirando un buen rato
y no hay salida.
De un momento a otro
todo se va a la mierda,
y va a dar igual quién gane o pierda.
Los inconscientes esclavos
en cárceles de diseño,
que tienen el miedo grande
y el corazón pequeño,
que miden sus sueños en números redondos
y que no entienden
por qué siguen tan insatisfechos en el fondo,
si tienen todo lo que sale por televisión,
si se van de vacaciones con viajes Halcón
a Punta Cana o a Marina D'Or,
si calzan Gucci y visten Dior.
Los poderosos
que necesitan débiles,
para encerrarlos en vacíos estériles
y mantenérlos dóciles,
como fósiles,
sumisos
que mantengan la boca cerrada,
que no digan nada
porque el que calla otorga,
y al que no otorgue se le hiere,
se le invade el país,
se viola a sus mujeres
y otras aberraciones
consentidas
por las Naciones
¿Unidas?
Los inmigrantes,
que vienen con sus sueños de oropel
que ellos creen de gigante
y que esperan,
viniendo tras el euro en una patera,
saliendo de las miserias de sus poblados,
hacerse un hueco en la pocilga
de los adinerados.
Y todos,
que más da quién gane o pierda;
te repito:
aquí la humanidad se va a la mierda.
No sé; tal vez lo invento.
A mí equivocarme me pondría hasta contento.
Pero no creo,
de ésta ya no nos saca ni Neo.
Apuesto los dedos de una mano,
los de la otra no ¿ves?
A veces creo en la fuerza
de un sólo ser humano
con una idea brillante
y la fuerza
para sacarla adelante.
Así que me pongo a soñar utopías
no sea que nos levantemos
con el día tonto un día
y nos dé por salir de nuestras prisiones
en vez de estar hasta los cojones.
Necesitamos
unas cuantas prohibiciones;
¿la primera? El dinero:
¡A tomar por culo!
A partir de ahora
sólo serán papeles
que sirvan para limpiarte el ídem,
con disimulo.
Y sin dinero a empezar de cero:
ya no hay ricos, todos pobres;
a regalar lo que nos sobre.
"Que si esto es tuyo, que si esto es mío,
que si me lo has quitado..."
Ahora todo es de todos. ¿Ves? Arreglado.
Coge lo que necesites, pero no abuses.
Ahora valen lo mismo los porsches
que los autobuses.
Ya no hay clases sociales,
norte y sur
son sólo puntos cardinales.
Abastecida de alimento la población mundial.
Distibución gratuita de medicamentos
a nivel general.
Eso sí, seguimos trabajando,
pero en lo que nos llena
o en lo que servimos;
el trabajo nunca más una condena,
sin sacrificio,
como un servicio.
Adiós fronteras,
y así no habrá más
dentro ni fuera,
somos todos del planeta tierra,
un lugar donde vivimos todos juntos
porque uno dijo un día
"¿Quién quiere?"
Y la respuesta unánime fue:
"¡Yo me apunto!"
La amabilidad obligatoria,
cerradas a cal y canto
las heridas de la Historia,
olvidados los rencores
de nuestros mayores,
cambiando el culto al dinero
por el culto al te quiero.
Dueño cada uno de su propio destino
y pendiente de las necesidades de tu vecino
al que tratas
como un hermano,
siempre dispuesto a echar una mano.
Y al que esté triste se le consuela.
Y al herido se le cura
para que no le duela.
Al perdido se le encuentra,
al que está fuera se le dice: "entra".
Y al que no sabe se le enseña,
y al que no aprende
se le comprende
de todos modos,
a ver si le ayudamos entre todos.
Y más cosas que te cuento otro día;
que como no hay ladrones
ya no hay policía,
que ya no hay luchas entre tíos y tías,
que ya no hay tráfico de corazones,
que no persiguen orgasmos
sino que tienen sensaciones
y otras cosas,
que ojalá fuesen verdad además de hermosas.
Pero ya está
volvemos al mundo real
donde las cosas pintan fatal,
donde todos presumen de folladores
y follan mal
y follan de cualquier manera
sin darse cuenta además
de que follar
folla cualquiera,
y que el placer si no es extático
y consciente,
si no le encuentras un punto trascendente
sólo es un vértigo,
vacío,
al que te precipitas
en espiral,
sólo te sirve de anestesia general
para tu herida,
la que acabará por joder tu vida
y la de tu entorno,
hasta un punto del que no hay retorno.
¡Bah! No me hagas caso.
Son cosas que se me ocurren
a veces,
cuando quiero quererte
y me miras como los gatos
a los peces.
No quiero que me acuses de intrusista
no soy b·boy,
lo mires por donde lo mires
y o s o y
poeta
y acabo de fumarme un peta.
He seleccionado mi nube;
cuando quieras te invito: sube.
Uno que Mira (Eduardo)
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