Presentación LOS DÍAS CONTADOS de Fernando Sarría.
Zaragoza, Sótano mágico 12.4.2018. Por Miguel Á.Yusta
Vamos a presentar esta tarde un nuevo poemario de Fernando Sarría. Un poemario donde se reflejan siempre vivencias que suponen minutos, horas y días que condicionan y sobrevuelan la vida del poeta. Me gustaría hacer tres breves citas previas: citar a Vicente Aleixandre que dijo: "La poesía tiene que ser humana". A Victor Hugo: “El poeta es un mundo encerrado en un hombre” y también a García Lorca: ”La poesía no quiere adeptos, quiere amantes”.
¿Y por qué precisamente estas tres citas? Pues porque en Fernando Sarría, en su ya extensa obra de la que este libro es una, por el momento, última muestra, se aúnan las tres cualidades que los ilustres autores citados señalan como esenciales para entender al poeta y a la Poesía. Fernando tiene una gran humanidad; es cercano, bondadoso y a veces , como dijo nuestro amigo Nacho Escuín, el el prólogo de su Antología (A plena luz), un poco canalla. Pero siempre tierno con ligeros brotes de malhumor que desaparecen como pompas de jabón, pues, el el fondo hay un carácter lleno de ternura. En segundo lugar, la poesía de Fernando se encierra en él mismo, es un mundo propio pero que que nos abre con abundante generosidad para que podamos explorarlo y compartirlo y, finalmente, Fernando Sarría es un amante enloquecido de la Poesía. La posee y ella le posee por encima de cualquier aceptación.
Y es que Fernando Sarría tiene un corazón vestido con ropaje amplio de humanidad desbordada. Impetuoso, activo, torrencial, extravertido...Mas no nos engañemos por las apariencias porque, detrás de ellas, está el oficio de escribir, la dedicación constante, la enorme sensibilidad poética y el sentimiento que transmite en cada poema, que llega, en profundidad, a quien lo lee o escucha.
Hoy no voy a hablar de tecnicismos, influencias, ni estilos del
poeta, sino que hablaremos de sensaciones. Porque el libro que hoy nos ocupa, Los días contados, es un libro de sensaciones, de emociones que son, a mi juicio, los soportes del poema.
Tras la reciente publicación de “A plena Luz” antología editada por Lastura y que comprende poemas de la totalidad de su obra entre 2008 y 2015, el poeta nos presenta hoy un poemario nuevo, de versos nítidos, ricas imágenes y poemas cortos donde se hace presente el hombre revestido de unos versos donde con frecuencia se trasluce la soledad, el miedo, la angustia, los deseos, la nostalgia, la búsqueda ...versos impregnados muchas veces de los elementos tan queridos al poeta como la humedad y la lluvia, las luces del alba o del crepúsculo que difuminan contornos de personas y cosas. Pero, sobre todo y sobrevolando el poemario, las preguntas y el silencio...
En los 110 poemas que componen la obra, el poeta se pregunta en siete componiendo, sin tal vez pretenderlo (o sí) un poema lleno de belleza y sugerencias.
Y leo:
¿Dónde van a quedar nuestros días?
¿Dónde enterraremos nuestras noches? …..................p.9
¿Cómo medir la extensión de un día de lluvia?
¿Cómo respirar dentro de ese silencio invasor?............p.10
¿Cómo deshacer, uno a uno, los nudos de la vida?.......p.11
¿Y cómo no dormir en la tristeza?
¿Cómo no abandonarse a la batalla?.............................p.62
¿Cuántos nombres se oirán caer en el olvido?...............p.65
¿Cuándo vendrán a buscarme los ángeles?...................p.74
¿Cómo desenterrar tanta hermosura?........................... p.101
El poeta nos lleva de la mano a traves de lsus imágenes, hacia la soledad para compartir “las horas que se hacen costumbre de la soledad” (p. 24) que “deja huellas en la hierba” y “no te espera, te agarra de la mano y te lleva preso” (p.93)
Y también nos comunica sus miedos, nuestros miedos, porque todos los sentimos aunque intentemos silenciarlos con el ruido de un vivir vertiginoso, ese miedo que se instala “en los dos extremos de la verdad” (p. 25) ese “temor-miedo al dolor como síntoma de madurez” (p.32) o tal vez del inicio de un período vital crepuscular en el que seguro que nuestros miedos, silencios y soledad “Las horas se hacen costumbre de la soledad” (p.24) van a ser cada vez más profundos.
El Silencio, es una constante en el poemario con múltiples referencias. Citaré solo unos cuantos versos que sonj significativos:
“Dentro del invierno hay otro invierno que guarda los silencios” (p.33); o la bella imagen de este verso: “Horas de lunas nuevas apresan el silencio” (p.38); o “Los árboles del silencio son impenetrables”(p.44); o el final de este poema “El viento gime junto a mi ventana/ es el único animal que habita este silencio” (p.65) y ya, al final “Previo a la palabra, el silencio tenía sus consignas” (p.108).
Existe también una referencia clara a la angustia, a la incertidumbre, -una constante en la obra del poeta- en varios poemas. Los versos “Todas las verdades nos llevan al invierno” ((p.58) “Cada verso es una nueva arquitectura de la desolación” (p.59) o “Cada vez comprendo más la dolorosa sensación de ser hombre” ( p. 95) son buena muestra de la actitud del poeta.
En el poema final que leo completo, hay un claro mensaje con elque el autor se despide del lector, dejando un suave poso de nostalgia que parece cerrar el círculo o, mejor, acabar el camino que tan trabajosa como meditadamente ha ido recorriendo el poeta en estos días contados que son, en cierto modo, los días de todos nosotros.
Dice así el poema (p.116):
Me he perdido en el olor de la ropa húmeda de lino
y en su fragancia antogua a lavanda y membrillo.
He abierto la luz del atardecer
Caía el raso sobre la cama y su olvido
Spenas eran sombras, huellas que tovavía me esperaban
En el balcón, el tiempo me guardaba una vieja palma de ramos.
En todos los sentidos, el poeta se desnuda, se impregna y descubre sus flancos, llevándonos de la mano por donde él transita acompañado de las más diversas y humanas sensaciones pero siempre haciendo de la poesía un compromiso-herramienta que dispara, y siguiendo la huella de Gabriel Celaya (“Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse”) no concibe como un lujo ni se lava las manos evadiéndose de una realidad que es nuestra propia realidad vital.
Y termino:
Las palabras de un presentador, no pueden sustituir la fuerza de unos poemas que tienen la virtud de trasladarnos a nuestro mundo interior, Los días contados es un libro poéticamente hermoso, un caminar -como señalé al principio- a través de las sendas del silencio, la soledad, el miedo, los deseos, la angustia vital y la incertidumbre y constituye una batida por ese espacio de los miedos y las sombras que siempre pueblan nuestras vidas. Fernando Sarría ilumina este territorio lo desmenuza y lo expone como un testimonio de voluntad y firmeza frente a los avatares que indefectiblemente van asediando nuestras vidas, creando una alegoría de valor universal.
Es un placer invitaros a leer y meditar sobre este poemario . Leed despacio sus versos porque cada uno se constituye en valor individual, saberdleer entre líneas y, sobre todo, en los
silencios, tan importantes en poesía como las palabras.
Felicidades, Fernando, por este nuevo libro. Y el agradecimiento a todos los asistentes por compartir estos momentos.