La humedad que se funde con la oscuridad del amanecer, la sensación perenne de vacío, un juego de voces y caricias que se lleva el olvido, las sombras y sus pasos silenciosos, las hojas muertas que llenan las calles, las palabras desprendidas sin la emoción de antaño, la indiferencia como una daga aferrada a los días, el invierno cuajado en la escarcha y en la deserción, la bruma inviolable y devoradora, el hombre, atento a todo, que contempla el mundo y sin rendirse se sigue preguntando por dónde aparecerá el fuego...
f.
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