¿Y después, qué va a ser de mí?
Un caer de nuevo bajo el manto de la nieve,
silencioso, dejando las huellas marcadas,
sin más boato que la desnudez,
la que dejan las sílabas solitarias
de un hombre que pasa
como lo hace por el cielo una nube.
f.
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
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