La longitud de los días, la caída de la noche, la holgura de las manos, el calor tibio y humano, las huellas del tiempo, las casas vacías, el hueco del silencio, la humedad marina de las lágrimas, la voracidad de la hiel, la vergüenza, la nieve en las cunetas, el cansancio sin nombre, la herida y la sal, la sed y sus desiertos, las raíces de la fatalidad...nunca es suficiente la razón de lo inolvidable, siempre nos queda la consecuencia del hecho, ese instante que como un rayo nos derrumba y que nunca olvidamos.
f.
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