Ahora escribo de lo oscuro,
de cierta hondura de agua que reconozco como mía
cuando vislumbro en ella el color de mis palabras y de mi sangre.
Si solo me alimentara del aire, del viento helado del otoño,
tendría un mundo de símbolos y líneas de fuga...
pero soy también preso del hambre y la sed
que arrastra siempre todo ser humano,
así, como todos, respiro sin saber por qué
y me muevo en el baile de las emociones
que van desde la ternura a la ira...
soy tan simple como real.
f.
Fotografía de Columna Villarroya
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