Abro lo incierto y salen pájaros,
un sinfín de pájaros que vuelan por el cielo.
Si todo fuera tan sencillo como apuntar los debes
o llevar un ábaco de perdidas
quizás no habría tantas palabras vanas
o no sería tal esta indiferencia que me dejan los días.
No escribo en la arena promesas,
ni dibujo en el agua nombres impares,
casi todo se convierte es un acto contemplativo
de como los errores propios y ajenos calan en mi entorno.
No vengo de la noche, soy la oscuridad
y mi sombra vigila cada ademán esperando mi caída...
Ella es parte de mi muerte y se sacia de mí cuando estoy triste.
f.
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