Vinieron las mareas, las horas muertas.
Todo tiene una sombra, una holgura, una distancia,
un remolino donde contemplarse para adentro
y mirar lo azul como parte de un paisaje.
Sé de lo mortal, del recuerdo de la verdad,
cuando todo es una suma de cifras y misterio
y te duele tanto como si el quehacer de la noche
tuviera tu cuerpo embalsamado...
La certeza del nunca más
que se posa en tu boca como el beso de un ángel.
f.
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