Difícilmente tendremos otro tiempo
aunque apagues la radio y me observes de arriba abajo
como solo me sabes mirar tú al abrir el bosque
y soltar los pájaros al atardecer.
Afuera se enciende el alumbrado público,
la luz divide las sombras,
ensalza lugares,
realoja las distancias de lo cotidiano.
Así del otoño salvamos los instantes,
la humedad, su gozo,
la siembra, la sed,
el atlas del deseo,
donde nos damos
lo más verídico que nos debemos.
f.
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