Voy perdiendo cada día un adjetivo,
parte del resto que me queda de los pronombres posesivos.
Se me caen de las manos las interjecciones
y no sé dónde he puesto algunos de mis verbos preferidos.
Diría que mi poesía se deshace,
que queda como hierba pisada por las huellas del día,
húmeda, sencilla, simple,
buscándose a si misma de nuevo
entre los viejos recodos que tiene la noche.
f.
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