Tizna de nuevo mi piel con tu sudor.
Moja mi cuerpo con la dulce esencia de tu miel.
Hay demasiadas noches de abandono,
de soledades prendidas al silencio,
y yo, desde esté desierto que es tu ausencia,
sueño con sentir entre mis brazos,
cabalgando, el pálpito de tu respiración.
f.
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