Algo más despacio, sin prisa,
como todo lo que trae un dolor que se hace esquirla.
Un poco más adentro,
donde la carne solo es un regazo de sangre,
ese lugar cubierto con la quemadura de la nieve,
restos de la lumbre que deja una huella de ceniza
en un trayecto sin márgenes...
Soy ahora un campo a través,
lleno de signos en medio del invierno.
f.
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