Y entonces solo silencio, silencio y humo buscando el borde azul del cielo. La queja, la herrumbre, el lado incesante de la lluvia.
Cantan los pájaros al amanecer y se escuchan gaviotas como un lejano mar que sueño. Ahora es terrible el sonido de la luz, como crepita la voz en mi interior y silenciosas las nubes blancas se disipan ante lo azul del estío. Me asomo al jardín y las rosas dejan sus pétalos en el suelo, se sostiene en el muro la hiedra y el viento se hace hondura de humedad que me hace cerrar los ojos y pensarte…
Así son las mareas, abierta bruma que me invade cuando sumo todas las cifras que invaden mi mundo…cierro y busco la oscuridad, el lugar donde te habito cuando solo soy la lejana mirada que te contempla.
f.
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