Será de niebla y silencio
la extensión perdurable de mi cuerpo,
tendré fuego y ciertas palabras que silabean la noche
y muerden como perros en las esquinas.
Todas estas huellas quedarán en mí,
malas hierbas y alta maleza
o el deshacer de las dunas rojas
que ahogan el amanecer.
Tendré en soledad mis labios sin verbos,
mi mirada sin horizonte
y mis manos quebradas
por sostener este pequeño mundo.
f.
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