Salgo de ti y me abandono a la noche
aunque los verbos más íntimos
guarden la resonancia de tu cuerpo,
se anudan a la piel y cada paso nocturno
trae el calor de tu boca y el logaritmo inesperado,
de nuevo, de echarte de menos.
f.
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
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