Llega la muerte desde dentro,
abierto canal de luz y de humedad.
Arde el aroma en la urgencia de especias y de sal.
Desgrano los verbos con las manos,
con mis dedos rotos,
yemas como salterios encendidos.
Escucho el permeable quejido de la tierra,
raíces y humus que sé que traerán la lluvia y el otoño,
naufragio de olas y de espuma,
esas largas mareas de soledad.
La noche sabe desdecir todas las sílabas,
y en su silencio descreído
la muerte ejecuta lentamente sus pasos.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario