Volver a ser el mercurio dentro de tu pecho.
La hogaza de pan recién hecha
donde meter los dedos e inundarse
con la crecida masa de lumbre y levadura.
Entonces sí que fuimos la respuesta que nadie conocía,
unos gramos de viento, un puñado de sal,
la luz encendida en mitad de las noches.
f.
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