En el papel de la pared siempre era primavera.
Gabriela Wiener
Después de todo, nunca las palabras son del viento,
son barro que moldea el día con su hiriente quehacer de invierno.
Ahora contemplar cada rincón de una casa vacía es mirarte adentro,
buscar entre los gestos todos los motivos,
todo un baile de silencios que habita cada estancia,
escuchar los últimos gemidos,
lo impronunciable.
Siento cada golpe. Lo recibo. Callo.
Tal vez soy lo ausente, lo lejano,
lo que quizás no tiene la menor importancia.
f.
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