Yo tuve un amor envuelto en cipreses,
grises días de gaviotas
quejándose al bullir de las bocinas de los muelles.
Yo tuve cierto rincón solitario
donde ella me cogía las manos
y guardando un silencio mortal me besaba.
Tuve cierta cadencia de humedad,
de faros nocturnos y miradas al océano.
En esos días de parterres de flores,
bancos de piedra y horas de verano, fui feliz.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario