Mejor así, sin más bagaje en mis manos que la humedad de la noche.
Mejor así, cuando sé que nada de lo que valoro tiene un precio justo.
Mis pocas monedas son como mis versos, romos y llenos de ceniza,
se me queman en la boca con el ardor del viento y la sequedad de mi saliva...
No está bien que todo sea gris.
Me he vestido de tormenta para vosotros
sin apenas reposo para respirar y buscar la luz de mayo.
Mis versos son tristes, mis manos están frías,
la oscuridad se refleja en los charcos y en el barro.
Vine de tan lejos que no recuerdo cuál es mi lugar,
cuál es mi desierto, cual es mi cubil...
a veces me siento entre las dovelas de un puente y soy los ojos del río,
otras me escondo entre las viejas choperas
y soy el margen a la izquierda de lo que palpita.
Me vais amar por las sílabas que dejo en el barro con mi sangre,
los restos de lo que habito y que se envuelve en la neblina...
nada puede ser más triste que un día gris sin pájaros y en silencio,
nada vale la pena sin la luz y el aroma de las flores.
f.
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