Reviso la palabra,
cada matiz de su sombra.
Escancio un vino oscuro
que moja despacio mis labios.
Es cruel esta certeza,
saber que nada tiene valor más allá
de lo que el hambre y la sed cobija...
en medio de una noche,
al final de una línea roja.
f.
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
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