Todo sería distinto
si solo se hubiera derramado la noche,
esta forma de hacerse uno oscuro,
sombra reincidente entre las sombras,
cuando nada tiene ya el valor de lo pactado,
y un hombre cualquiera conserva su dignidad
en escasas ocasiones, quizás solo ante el espejo,
mientras que afuera, en las calles,
no deja de ser más que otro bárbaro,
hijo del incendio, hijo de su tiempo...
este tiempo hecho de indignidad
que solo sabe embrutecernos.
f.
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