Siendo la lluvia y el fuego en la tormenta,
siendo el quehacer de las abejas en la sangre,
cierta luz que llama, cierto viento...
ahora me quemas al nombrarte
con el sabor dulce y salado de mi lengua.
f.
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
No hay comentarios:
Publicar un comentario