Como dos pájaros del infinito
morimos entre las sílabas.
Despacio,
a tragos,
desnudos de matices...
En los remos del agua
se crean las olas imprecisas
cuando tu cuerpo solo recibe la brisa y el silencio.
Encimada a mi palabra eres ardiente,
como labios de fuego
que lleva el viento,
pavesas buscando donde morir.
Esto tendremos entre tu silencio y mi boca:
el fuego de lo que no se pronuncia.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario