y lo hacía en una pipa pequeña y sencilla,
que desgastada llegó a mí.
Es, junto con las fotografías,
la carta de amor que le escribió a mi madre
y su esquela, lo único que de él
he tenido entre mis manos.
Con aquella pipa empecé a fumar.
Era una extraña emoción sentir
cómo el humo llegaba hasta mi boca,
mientras la sostenía en mi mano
igual que tantas veces lo hizo él.
Fue lo único,
que salvado el tiempo,
pudimos hacer juntos.
f.
1 comentario:
Te conocí fumando en pipa también llevabas una gorra...mirada irónica y sonrisa desdeñosa.
Ese era todo el adorno...,pero sin artificios.
Pensábamos: " me lo quedo".
Publicar un comentario