La acera tiene ya la luz de la noche
y en mi boca se dibuja un amago de sonrisa...
Sé que el mundo gira,
que el invierno es también una metáfora,
un rincón necesario donde apaciguar la melancolía.
Mis pasos van seguros,
miro a los ojos de la gente,
leo la misma incertidumbre,
culmino un viaje interior y solitario
en el que he descubierto a un hombre extraño,
pero que como yo sobrevive a golpes de corazón
contra todas las adversidades.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario