Echas atrás la mirada.
En silencio y en soledad pactada con la noche,
te ves andando por las viejas calles de tu memoria.
Cada esquina es un trozo de sombra
donde las palabras fluyen,
una plaza, te trae el lado de la tarde
en que todavía soñabas con ser alguien.
Un porche las enredaderas del deseo,
el sabor de un beso sin ambages,
con los ojos cerrados
y el corazón apretado en un susurro…
Yo no sé que haría sin esas viejas luces de mi vida.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario