Era ya de noche cuando vino la soledad,
felina, con la forma oscura de una pantera.
La escucho desde entonces gruñir y ronronear a mi lado.
A veces pienso que se ha hecho mi compañera,
aunque nunca he buscado su amistad
a su sombra le gusta recorrer mi espalda
y con su aliento traerme viejos sonidos de calles y ciudades.
f.
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