La isla negra me guarda un verso.
Atado a ti,
como si fueras a ser siempre parte de un poema.
Tendré ceniza entre los dedos,
esa suerte de olvido que nunca es olvido
y que trae junto a la rosa el ánimo de una piedra,
un augur de todas las verdades
que nunca fueron mías,
siempre tuyas,
girando en las hélices de los poemas.
f.
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