La ciudad donde se ha de volver siempre.
Un hombre trae siempre una mochila,
una pequeña y vieja maleta
donde va resguardando sus recuerdos
y también en ella se cuela un lugar, una ciudad,
unas calles, unas plazas o jardines
en que sus pasos siguen tanteando la vida.
Podemos ser de muchos sitios,
incluso apátridas o habitarnos de muelles,
estaciones o aeropuertos del mundo,
pero hay una sombra nuestra
que se nos queda pegada a ciertas cosas
que nunca se pueden explicar.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario