Viajo en el azote de los días. Me consumo.
Pregúntale a mis brazos cuándo dejaron de ser alas
y en que noche ya no pude volar al alba.
Cuanto me agota la soledad del viento,
su afán de irrumpir en mi memoria,
desbastando huellas,
borrando imágenes,
incendiando palabras,
queriendo ser la fuente de la ira,
el vacío infinito,
la usada mano del desierto
caminando a mi lado.
f.
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