Urdo con mis dedos los nudos de la incertidumbre...
ato despacio a mi palabra la labor del tiempo
y una lluvia azulada que me trae el mar.
Bebo la noche y pregunto al cielo por todas mis ausencias.
No voy a llorar, no, no voy a llorar,
voy a contemplar derrumbarse el palacio
ahogado entre las aguas
mientras respiro el silencio...
y callo.
f.
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