Un hombre, una daga, un camino abierto a la razón.
Yo propongo un quejido, su eco en la sombra de la luz,
un destello que haga estremecer a la noche…
Esto que apenas es nada,
cuatro palabras esparcidas en el aire
unidas por mis dedos al borde de la nada,
es lo que nos trae desde dentro el aroma de una rosa
o la intensidad del silencio,
el que nos queda en el aire tras una gran nevada.
f.
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