Repaso el día con mis manos vacías
y percibo la dulce e inerte sensación que deja el frío.
Prescindir de todo lo que trae el invierno es imposible,
e incluso mi cuerpo necesita negociar con cada estación.
Hay quien no siente el paso de esta hoja de acero,
sutil y previsible, quema,
yo sé que me recorre y me abre en dos
buscando una habitación interior
donde dejar crecer el silencio.
f.
fotografía de Emile Savitry
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