Nos registramos con un nombre falso en el corazón,
es un juego al que los dos apostamos en silencio.
Solo nos guía la certeza de encontrarnos
siguiendo caminos escondidos,
carreteras secundarias que caminan hacia el mar.
Amparados bajo el anonimato,
en cualquier pequeño hotel,
tendremos una habitación que nos reconozca,
instantes en que nos respiraremos el uno al otro.
f.
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