Frente a la ciudad la calma,
un lugar en el mundo
donde teñir de azul el gris y el rojo.
Un trozo de oscuridad robado a la noche,
respirando su silencio,
el hambre y la sed de lo diminuto,
sintiendo la quera perenne dentro,
su mordedura constante
en lo más doloroso y débil
que da forma a tu corazón.
f.
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