Después la noche traerá con el viento la plenitud.
Hay demasiadas palabras envueltas en la bruma.
Viejas estaciones donde nadie los recuerda.
En la tarde un fuego arde al oeste,
dos corazones se funden detrás del miedo
y anhelan el silencio de un bosque de coníferas que besa el mar.
En este viaje de carreteras solitarias
la música es suave como su respiración.
La espera tiene humo de tabaco
y la cadencia de sus caricias
apresan tantas cosas diminutas
que el tiempo no tiene reparos en detenerse,
sabe que se van a pronuncian dos cuerpos y un deseo.
f.
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