Algo debe traer esta muerte lenta,
este deshacerme sin perdón
como una piedra arenosa en mitad de los días.
No voy a nombrarme,
no voy a dejar encendido el faro de la noche,
todo este camino agreste hay que recorrerlo,
aunque sea un largo pasillo de memoria
y sepa que voy a salir derrotado,
calado hasta el tuétano, de nuevo indefenso...
debo seguir bajando los peldaños
hasta que las raíces se duelan al dar mis últimos pasos.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario