Ahora resuena con pasos de lluvia en mi cabeza...
y se hace otoño, tarde sin luz,
sombra de las sombras,
un quejido que se alarga en las huellas invisibles
que deja sobre un cuerpo la ausencia de otro.
f.
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
No hay comentarios:
Publicar un comentario