Frente al quejido oscuro de la noche
enciendo una lámpara.
Giran las hélices del viento.
Escucho en el silencio
el quehacer de un armadillo
y la quera, siempre atenta,
sin abandonar el corazón humano.
f.
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
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