Alrededor de lo que somos,
lo simple, lo pequeño, lo intrascendente,
se erige como parte de lo que creamos.
No somos nadie,
en realidad, lo gris que nos tizna por fuera
aumenta nuestro tamaño,
aunque con los dedos y en el aire escribamos palabras...
luego decirnos poetas a nosotros mismos
es confundir la parte por el todo.
Semejante luz, agonía de lumbre,
apenas nos cabe dentro
¿qué ha de hacer un hombre ante esto para respirar?
¿qué ha de mover el viento
para que al cerrar los ojos
nuestras lágrimas solo sean agua salina?
Me olvido de la lluvia y su silencio
- tantas premisas en sus borradores -
recojo las pequeñas muestras de mi dolor,
la quera que sabe destruirme...
solo, semejante a tantos,
mi muro es una grieta más
en medio de la oscuridad.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario