No te pronuncio.
Requiero de tu nombre en medio de la nieve.
Resguardas tu anhelo entre las horas de la noche
y te alargas, te haces verdad o fuego que alcanza mis manos.
Cada vez que amanece
tengo un rumor de olas invadiendo mi corazón.
Soy la isla que se pierde en el horizonte,
el lugar que habitas cuando viene el otoño.
f.
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