Ha llegado la nieve,
extenso salmo de sílabas cruzadas.
Y ardemos en la sombra
mientras no hay más miedo
que el devenir del viento en las vidrieras.
Miro tan lejos que el horizonte dibuja el mar,
un faro atrapado en las rocas,
luz en morse,
el silencio habitado de presagios…
pero tu cuerpo, ajeno al mundo,
se ha hecho de mi voz y en él es primavera.
f.
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