Voy a desnudar el verso,
los verbos que se hacen de jirones de viento
y son en realidad caricias rotas,
silencios vertidos como el agua de lluvia,
en mis manos
labores de labranza en días aciagos,
cuando cae el otoño
y los pájaros ya partieron al Sur
donde la luz crece despacio
en lejanas estaciones de trenes nocturnos.
f.
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